Luftwaffe (Arma Aérea en alemán) fue uno de los tres brazos de las fuerza
militar alemana entre 1935-46, llamada Wehrmacht. Los brazos de ésta eran la Heer (armada), la Kriegsmarine
(marina) y la mencionada Luftwaffe
(fuerza aérea).
Luego de la derrota alemana
en la Primera Guerra Mundial, los países aliados (Reino Unido, Estados Unidos,
Francia, Italia y Japón) y la República de Weimar –sucesora de la Alemania
Imperial- firmaron el Tratado de Versalles.
Una de las condiciones del tratado implicaba la reducción casi completa del
ejercito alemán, dejando tan solo 100.000 soldados repartidos en una pequeña armada y una pequeña marina,
como asi también la restricción de una fuerza aérea. A esta
pequeña fuerza militar se la conoció como la Reichswehr.
Pero todo cambió cuando en
1933 el Partido Nacionalsocialista Obrero
Alemán (NSDAP), mejor conocido como el Partido
Nazi y liderado por Adolf Hitler toma el poder en Alemania, dando comienzo
al infame Tercer Reich. Es recién en
1935 que, haciendo caso omiso al Tratado de Versalles, Alemania anuncia la
incorporación de miles de soldados tanto a la armada como a la marina, además
de la creación de una nueva fuerza aérea a cargo del Comandante Hermann Göring, la Luftwaffe. Esta nueva
fuerza militar dejaría de llamarse Reichswher para pasar a ser conocida como Wehrmacht.
Si bien la Luftwaffe fue
oficialmente establecida el 26 de febrero de 1935, la fuerza aérea alemana
existió de una forma u otra. Durante los años entre medio de la Primera y
Segunda Guerra Mundial, Alemania entrenó pilotos en secreto, e incluso tuvo
bases secretas de entrenamiento militar en la Unión Soviética, violando las
condiciones del tratado. La Legión Cóndor
de la Luftwaffe ayudó a los Nacionalistas en la Guerra Civil Española, usando
ese conflicto como antesala y preparación para una inminente guerra futura. Es
por eso que ya para el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, la fuerza aérea
alemana era una de las más sofisticadas y avanzadas del mundo, con lo que no
tardó mucho en dominar los cielos.
Sin embargo, las historias
de combate de la fuerza aérea alemana durante la SGM son tan heroicas como
trágicas. Por un lado, fue la Luftwaffe la que produjo algunos de los aviones
más importantes de la historia del combate aéreo como también grandes pilotos.
Esta fuerza se probó invaluable para los alemanes, quienes consiguieron grandes
victorias durante los primeros años de guerra gracias al apoyo y poderío de la
Luftwaffe, como las invasiones a Noruega o la Operación Weserübung. Pero más tarde, Alemania se vio debilitada
en el frente este de Europa por las derrotas en la Batalla de Stalingrad y la
Batalla de Kursk. Esto obligó a la Luftwaffe a centrarse en la defensa de
Alemania más que en el ataque a enemigos, con lo que perdió poderío ofensivo.
A medida que avanzaba la guerra, la fuerza aérea se
fue debilitando cada vez más debido a varios factores. Algunos de estos fueron,
por ejemplo, el mal sistema defensivo durante los primeros años de guerra –que
a diferencia de los últimos, habían sido más ofensivos-, el no poder contar con
bombarderos, problemas en el diseño de motores y aviones, pobre entrenamiento
de pilotos y la designación de líderes sin experiencia.
Los aviones y las tácticas usadas por los Aliados
resultaron ser demasiado para los alemanes, quienes veían como su Luftwaffe se
desmoronaba junto con sus esperanzas de ganar la guerra. Finalmente Alemania es
derrotada en 1945 y la Luftwaffe disuelta en agosto de 1946 por el Consejo de
Control Aliado como parte del proceso de desnazificación de Alemania.
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